Miedos

✨ “Recuerda: ese miedo aparece porque te enfrentas a algo desconocido, no porque no seas capaz.”

El miedo siempre será el primer personaje en aparecer cuando algo nuevo toca nuestra puerta. Se disfraza de advertencia y empieza a decirnos: “mejor no vayas por ahí”, porque no sabe lo que va a pasar. Nos enseñaron que tener el control nos asegura seguridad… pero este año entendí algo que me sacudió: querer controlarlo todo, es en realidad estar fuera de control.

No podemos anticipar cada paso del camino, pero sí podemos reconocer que el miedo no significa incapacidad. Solo nos está mostrando que estamos frente a algo que nos reta a crecer. Y para atravesarlo, necesitamos ampliar nuestra mente, nuestras estrategias y nuestra energía.

Haz una pausa y recuerda: ¿qué necesitabas cuando eras niña y sentías miedo? Tal vez un abrazo, una voz que te diga “yo estoy contigo”, o alguien que simplemente te escuche.

Hoy, conviértete en ese adulto que esa niña necesitó.

Y ojo, cuando hablo de “adulto” no me refiero a alguien serio, rígido o estresado. Reprogramemos esa palabra.

Ser adulto puede significar ser alguien que se escucha, que pone límites sanos, que ama lo que hace, que se divierte, que se cuida… y que también abraza sus miedos con compasión.

Convirtámonos en adultos expandidos, que caminan de la mano con la niña que fuimos, y la acompañan con amor en cada paso hacia lo nuevo.